jueves, 27 de junio de 2013

La lengua y su ¿buen/mal? uso

Yo soy de la opinión de que nadie habla bien ni mal, sino más o menos adecuadamente o adaptado a la situación comunicativa. Partiendo de esta idea, me parece idóneo que los hispanos seamos capaces de adaptarnos a cuantas más situaciones mejor, como seña de haber recibido una buena educación cultural. Evidentemente no la recibimos, por eso en un nivel medio sociocultural los jóvenes no saben adaptarse a ninguna situación excepto a su cotidianidad, y cuando lo intentan queda forzado y malhecho. Pero esto no significa que no sepan hablar, pues la comunicación existe, sino que su nivel cultural no es tan medio como se pretende, sino que más bien está tirando hacia niveles inferiores.

Una prueba del nivel cultural es,
efectivamente, el control de la lengua. Una prueba de dicho control sería saber qué verbo es más adecuado, saber usar los más especializados, por ejemplo, en un contexto determinado. Una persona menos preparada en el uso de su lengua no le da importancia a estas cosas, porque sólo persigue un objetivo, la comunicación, y si para ésta le sirve con cuatro gestos, mojigangas y aspavientos, con algún ruido, lo hace: función cumplida. Claro, esto sería en un nivel ínfimo, ya que hay otros hablantes que intentan usar un idiolecto concreto según la situación en la que se encuentre. Esto ocurre, en principio, en el lenguaje periodístico, un nivel supuestamente alto, en el que el periodista en cuestión, sin necesidad de las acciones que aquí he mencionado de forma irónica, sólo con la palabra, llega a demostrar el mal uso de la lengua estándar. No sabe, usar el código adecuadamente, ni incorrectamente.

Especialmente esto es grave en el lenguaje producido para ser recibido por un público numeroso, lo que produce un problema en cadena difícil de solventar. Cuando un periodista escribe mal o habla mal, es recibido su mensaje por muchas personas indoctas, que confían en su carrera, en sus conocimientos, en su labor de comunicante, y copia sus usos y modos. Y esto ocurre continuamente para desgracia de nuestros jóvenes.

A continuación os enlazo un artículo de El Confidencial en el que se trata este tema, ejemplificando con verbos "mal" (no siempre) usados. También lo copio a continuación, por si no queréis cambiar de página de internet. Por cierto, en el mismo artículo, entiendo que escrito por un periodista, hay un error garrafal que espero sea producto de un despiste.

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/06/25/13-verbos-que-utilizamos-incorrectamente-en-espanol-123633/

Hace unas semanas listábamos los siete errores gramaticales que cometemos con más frecuencia en nuestro día a día y que, en muchos casos, estaban originados por la desidia, las prisas y el desinterés. Sin embargo, no es únicamente a la hora de disponer las palabras dentro de una oración cuando cometemos errores imperdonables, sino que también nos equivocamos a la hora de utilizar determinados verbos que con frecuencia empleamos con un sentido diferente al que realmente tienen.
En muchos casos y como ocurría en los errores gramaticales o esas palabras que los españoles pensamos que provienen del inglés (y que realmente nos hemos inventado), estos fallos responden a una influencia desmesurada de idiomas extranjeros como el inglés. En otros casos, empleamos verbos intransitivos (es decir, que exigen un complemento directo) como si fuesen transitivos [sic], o con construcciones gramaticales equivocadas. Por último, lo que ocurre en muchos casos es que nos puede la desgana, y empleamos verbos comodín como “hacer”, “tener” o “haber” en lugar de esforzarnos por encontrar el término que mejor encajaría en dicha oración.
El periodismo en particular y los medios de comunicación en general tienen una gran culpa en ello, como grandes difusores de la lengua que son. A muchas personas sorprenderán algunos de los verbos que presentamos a continuación, puesto que su uso es habitual en televisión o en los periódicos pero, al menos hasta que la Real Academia de la Lengua y otras organizaciones como la Fundeu (Fundación del español urgente) tomen cartas en el asunto, quizá deberíamos revisar el uso que hacemos de ellos.
  • Aplicar. Uno de los anglicismos más extendidos, que proviene del inglés “to apply”, y que en dicho idioma sí significa “solicitar” o “pedir”. Por el contrario, en castellano, no se debe decir nunca que se “aplica a una entrevista de trabajo” o a “una plaza en la universidad”, sino que uno se “presenta” o “solicita” algo. Lo mismo ocurre con el sustantivo “aplicación”, que no puede utilizarse para referirse a un “formulario de ingreso”.
  • Señalizar. Con mucha frecuencia, escuchamos en la retransmisión de un evento deportivo que el árbitro ha “señalizado” una falta, un fuera de juego o el final del partido. En todos esos casos, el periodista debería haber empleado el verbo “señalar”, puesto que señalizar significa “colocar en las carreteras y en las vías de comunicación las señales que indican bifurcaciones, cruces, pasos a nivel y otras para que sirvan de guía a los usuarios”. Y a eso no es a lo que se dedican los colegiados.
  • Resaltar. Aunque pueda sorprender a algunos, “resaltar” tiene su origen como verbo intransitivo, es decir, que no puede ir acompañado de un complemento directo. Tan sólo en su cuarta acepción se aclara que en algunas ocasiones puede ser empleado como transitivo. Fundeu recomienda emplear el verbo “destacar” en lugar de “resaltar” en frases como “el profesor resaltó las capacidades comunicativas del alumno”.
  • Rentar. Del inglés proviene el verbo “to rent”, que significa “alquilar”, y a partir de ahí, multitud de hispanohablantes han comenzado a “rentar un apartamento” para sus vacaciones. Es incorrecto, puesto que rentar tan sólo significa “producir o rendir beneficio o utilidad anualmente”.
  • Abatir. Si bien es cierto que dicho verbo significa “derribar” o “derrocar”, Fundeu advierte que no debemos emplear dicho término como sinónimo de “matar”, “asesinar”, “disparar” o “tirotear”. La organización aclara que hoy en día se abusa de dicha acepción del término y que, si bien no es totalmente incorrecta, debemos intentar emplear alguno de los sinónimos previamente señalados.
  • Finalizar. En demasiadas ocasiones, el verbo “finalizar” (o “terminar” y “acabar”) se emplea como sinónimo de “clausurar”, cuando este debe ser el término empleado para hablar de congresos, charlas o ponencias. Es decir, debemos evitar usar una frase como “el congreso terminó con la participación del decano”. Estos tres verbos son comodines que por su amplitud de significado se emplean con excesiva frecuencia, ya que que existen otros términos que se ajustan mejor a lo que se quiere decir.
  • Adolecer. Uno de los verbos en los que los españoles nos solemos equivocar con más frecuencia, por dos razones diferentes. La primera es que suele emplearse como sinónimo de “carecer de” en sentido positivo, cuando realmente significa “padecer algún mal” o “tener algún defecto”, con un matiz negativo; en ese sentido, “adolecer de una gran riqueza” sería incorrecto, puesto que “una gran riqueza” no es un mal o un defecto. En segundo lugar, debemos recordar que “adolecer” va seguido de la preposición “de”, por lo que decir que alguien “adolece cáncer” es incorrecto.
  • Colapsar. ¿Cuántas veces escuchamos hablar del “colapso de las Torres Gemelas” y cuántas del “derrumbe”? El término es correcto, pero quizá se abusó demasiado de él. Por eso mismo, muchos lingüistas han denunciado la sobreutilización de dicho término. La Fundeu aconseja huir de esta palabra, a la que definen como “excesivamente técnica”, y buscar sinónimos como “destruir”, “paralizar”, “bloquear”, “derrumbar”, etc.
  • Customizar. Un término que cada vez se emplea con más frecuencia como sinónimo de “modificar algo de acuerdo a las preferencias personales”, y que proviene del verbo inglés “to custom”. ¿Para qué emplear este anglicismo si podemos emplear términos castellanos totalmente aceptados como “personalizar”?
  • Acceder. La Fundeu lanza una advertencia sobre el abuso de este verbo, que está comenzando a utilizarse con demasiada frecuencia como sinónimo de “entrar”. Aunque no sea completamente incorrecto, es preferible decir que alguien “entra” a un edificio que señalar que “accede” a él.
  • Masticar. La mayor parte de los hispanohablantes piensan que “mascar” y “masticar” son sinónimos absolutos, pero hay un pequeño matiz que los separa: “masticar” se emplea únicamente para la comida, como paso previo a su ingesta, mientras que “mascar” se refiere a “partir y triturar algo con la boca”. Por lo tanto, podemos hablar del “mascado” de hojas de coca.
  • Falsificar. Otras dos palabras casi sinónimas que suelen dar problemas en su utilización diaria son “falsear”  y “falsificar”. Fundeu recomienda emplear el término “falsificar” para referirse a documentos, escritos, facturas, etc., y “falsear”, en un sentido más figurado, como en el caso de “falsear la realidad”.
  • Cesar. Un término también utilizado con frecuencia en el ámbito del periodismo deportivo. Si bien está aceptado que un entrenador o trabajador sea “destituido” (o “relevado” o “despedido”), no lo es que “sea cesado”, puesto que “cesar” un verbo intransitivo que no puede construir de manera pasiva. Así pues, lo correcto es “José Mourinho cesa como entrenador del Real Madrid”, no “José Mourinho fue cesado como entrenador del Real Madrid”. 

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